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Mayo, 2020.- Por tiempos en Sierra de Cubitas hay dos nueve del día que nos definen. Las nueve de la mañana porque saldrá eldoctor Durán para informar sobre cuantos contagiados hay en Cuba y en el mundo; y las nueve de la noche, la hora de la gratitud, donde ofrecemos el homenaje masivo a los héroes anónimos que encarnan la vanguardia en esta batalla por la vida, a riesgo incluso de las suyas.

El nuevo coronavirus ha logrado que se enciendan las luces de balcones y portales a la misma hora para saludar y reconocer a ese grupo de valientes.

Resulta un gesto hermoso en medio de la preocupación y el dolor por la muerte de miles de personas, ese momento nos une y da esperanza.

Los trabajadores de la Salud cada jornada miden la temperatura de pacientes, auscultan pulmones, pesquisan, limpian superficies, procesan análisis, lavan ropas, cocinan los alimentos, no escuchan el furor en portales y balcones; pero a esa hora, en medio de los trajines y el peligro, en medio del aislamiento, mirar al reloj y sentirse recordados toman cordura y fuerzas para continuar.

Esta iniciativa también reconoce a médicos y enfermeros que en otras tierras del mundo se encuentran luchando con una enfermedad que se ha ensañado mucho más que en la isla, y desafían la muerte, con ese altruismo y ese humanismo propio de los cubanos.

Entonces que cada noche llegue el abrazo de aplausos inmensos de los cubiteños en tributo cordial a todos los que de una forma u otra cuidan la salud del mundo y se convierten en héroes de estos tiempos. (Fotos: Tomadas de Adelante digital, Cubaperiodistas, del perfil de Facebook del doctor Osnier González Céspedes y de archivo).