Marzo, 2021.- Llegué a la radio por azar, nunca estuvo en mis planes trabajar en un medio de prensa. Mi sueño era estudiar Medicina, porque siempre creí que salvar vidas es el gesto más hermoso de un ser humano.
Sin embargo, ahora que ejerzo el periodismo creo que hay mil maneras de salvar, de curar el alma, sí porque en estos tiempos difíciles, de crisis sanitaria, la prensa mediante la información oportuna, la exhortación a cuidarse y a no perder la confianza en la Revolución ha llegado hasta cada hogar, hasta rincón, incluso mucho más allá de fronteras, dando esperanzas de vida.
Ese alivio que sienten los familiares al escuchar la noticia alentadora de que no hay casos positivos a la COVID-19, o del regreso a casa de un convaleciente por la enfermedad, y luego el agradecimiento por ese trabajo reporteril es sin dudas la satisfacción más grande para quienes ejercen este oficio, que así como dijo Gabriel García Márquez es el mejor del mundo.
Este 14 de Marzo celebro el Día de la Prensa con ese orgullo de estar ahí cada jornada en los hogares de este norteño municipio, sé también que todos los días se aprende algo diferente, por ello la preparación y superación constantes no pueden faltar, ni él “podría haberlo hecho mejor”.
Y entonces comprendí que aunque no pude ser una doctora para curar enfermos, sí puedo dar esperanzas y salvar el alma en las etapas más difíciles, porque la prensa sabe estar ahí en el momento preciso.