Foto: ArchivoMarzo, 2022.- Hace unos días de camino al trabajo escuché a dos personas conversando sobre dónde podían adquirir una bandera cubana.
Me resultó curioso, dado la tendencia que tienen jóvenes y adultos a usar prendas con símbolos de otros países, ya sea porque le gusta o, simplemente, quieren seguir un patrón de moda impuesto por altos niveles de propaganda y manipulación.
Al escuchar aquella conversación recordé los sucesos de profanación de los bustos de José Martí, el Apóstol de la independencia nacional, que ocurrieron el 1ro de enero de 2020 en La Habana, hechos que provocaron la repulsa de la mayoría de cubanos, dentro y fuera de Cuba.
Durante todo el trayecto viajé en el tiempo recordando mi infancia, la educación y valores que me forjaron mis abuelos, y maestros de la escuela primaria en cuanto al significado, respeto y amor para con cada uno de los símbolos patrios o aquellas tardes, cuando nos enseñaban el sentido de cada palabra del Himno Nacional.
En cambio, hoy podemos encontrarnos en las instituciones educativas centros de trabajo y actos públicos como las personas no adoptan correctamente la posición de firme, hablan y casi balbucean las notas de este símbolo patrio al entonarlo.
Siempre fue un honor para mí entonarlo y recuerdo de aquella época estudiantil cuando nos disputábamos la posibilidad de izar la bandera o arriarla; Entonces me pregunto ¿qué ha cambiado de aquella etapa a la actualidad?
Con el objetivo de encontrar respuesta a mi interrogante fui a la secundaria Pedro Alejandro Padrón Alemán, en localidad de Sola, para intercambiar con Kirenia Rosales Sebazco, su directora, quien explicó que en la institución los profesores de Historia trabajan con los alumnos para incentivar a que estudien la historia de los símbolos y su significado para forjar en los educandos el amor por ellos.
La primera educación que reciben los niños es en el hogar, de modo que este es su primer ámbito social, por ende las familias cubiteñas tienen la responsabilidad de preparar y formar a las nuevas generaciones de manera adecuada dentro de un ámbito propicio.
En ese sentido, cobra mayor importancia el rol de estas en la formación de valores morales, de amor y respeto por los atributos nacionales, de manera que perdure el legado de los hombres y mujeres que dieron su vida a cambio de una Cuba mejor.
Hay que sentirse comprometido con las raíces, con lo que identifica a cada cubano, tener mayor sentido de pertenencia, cuidar, respetar, amar y no olvidar quienes somos y hacia dónde vamos.