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Foto: ArchivoFoto: ArchivoAbril, 2022.- Cuba celebra cada 16 de abril el Día del Miliciano, como digno homenaje a los hombres y mujeres que en 1961 demostraron la capacidad defensiva de un pueblo que prefirió luchar antes que ver pisoteada su independencia.

Un día antes de aquella histórica jornada, mercenarios pagados por el gobierno de los Estados Unidos atacaron dos bases de la aviación y un aeropuerto civil, a través de ocho bombarderos B-26, pintados con insignias de la Fuerza Aérea cubana, ello provocó numerosas víctimas.

Esto formaba parte de la estrategia del gobierno norteamericano para poder protagonizar una invasión por playa Girón, que luego sería recordada como la primera gran derrota del imperialismo en América.

Ramón Companioni Fragela y su disposición a dar la vida por la patria

En aquellos días Ramón Companioni Fragela todavía cursaba estudios en la Escuela Nacional de Responsables de Milicias en la provincia de Matanzas en 1960. Nació el 2 de marzo de 1941. Actualmente reside en la comunidad Cubitas, Sierra de Cubitas, provincia Camagüey.

Tenía 18 años, era un joven como otro cualquiera con sueños y metas por cumplir, posibles en una Revolución que recién comenzaba a dar sus primeros pasos, a pesar de las agresiones constantes de Estados Unidos.

Ramón y sus compañeros formaban parte del batallón que se había organizado en la escuela entre las tres y las cuatro de la madrugada del 17 de abril, listos para salir a combatir a los invasores.

“Los 875 hombres y los tres sanitarios salieron de la escuela en camiones civiles por orden del Capitán Fernández. La escuela no disponía de transporte especializado.

Nos forman en el polígono de la escuela y se nos explica que hay un desembarco en el territorio, pero en ese momento no había transporte, solo había cuatro camioncitos para el suministro, entonces el Capitán Fernández nos da la orden de desviar todos los camiones o guaguas, excepto las de pasaje, que fueran para la Habana o vinieran de la Habana, y así lo hicimos. Yo creo que nosotros en cuestión de una hora teníamos camiones suficientes para trasladar la tropa en forma de caravana al central Australia.

A las nueve de la mañana el horizonte cambió por la presencia de aviones bombardeando; de Australia a Pálpite era preciso el avance por las compañías. El entonces capitán Fernández indicó ocupar Pálpite; aunque no se contaba con la defensa antiaérea ni tanques. Los fusiles FAL engrandecieron el heroísmo de aquellos combatientes; dos aviones B-26 con insignias cubanas intentaron amedrentar el avance de las tropas.

Continuamos avanzando en la caravana de aquellos camiones viejos particulares del central Australia hacia la Playa, vimos aviones con insignias cubanas y nos pusimos contentos pensando que eran nuestros, sin embargo, era el enemigo, fue nuestro bautismo de fuego. Allí tuvimos las primeras bajas de la escuela. Nos enfrentamos al enemigo con el armamento que teníamos. Tirábamos con FAL, figúrate tirarle con un FAL a un B-26, es como decimos los cubanos, tirarle piedra al Morro, el combate me impresionó muchísimo, yo tenía 18 años cuando aquello.

A las cuatro de la tarde el fuego se arreció: ametrallamiento y bombas. Pudo haber miedo, pero el patriotismo inyectó el valor en circunstancias muy difíciles. Con posterioridad los tanques, la artillería de campaña y antiaérea fueron apareciendo.

Por la noche comienzan a llegar la artillaría nuestra, las cuatro bocas para el barrido terrestre, eso nos permitió avanzar con menos hostigamiento del enemigo a ambos lados de la carretera. El 18 recibimos la alegría más grande de esos días, vimos caer el primer avión enemigo, gracias a las cuatro – bocas, empezamos a gritar como si estuviéramos en un baile, avión que venía, avión que tumbábamos¨.

Los alumnos de la Escuela Nacional de Responsables de Milicias y demás combatientes acamparon en el central Australia la noche del 18 de abril, lugar donde fueron atacados por la aviación enemiga, a pesar de las medidas de protección que se habían tomado.

A las dos y media de la tarde del 19 de abril el enemigo trata de huir, sin embargo, el fuego de la artillería impidió que éstos cumplieran su propósito. Uno de los artilleros en este combate fue precisamente el Comandante en Jefe Fidel Castro, motivo de inspiración para el joven Companioni.

Cuando yo vi que Fidel llegó montado en el tanque, como aparece en la foto, eso fue lo más grande de mi vida. Yo un jovencito de 18 años, sin experiencia combativa estar al lado del hombre más grande de la historia y dirigiendo el combate, sentí mucho orgullo y me elevó la moral y el patriotismo.

No se pudo ir nadie, fueron aniquilados. Se concentró el fuego sobre ellos, en ese momento el Comandante en Jefe hunde el buque de guerra Houston, también el Capitán Luis Alfonso Silva Tablada se lanza en su avión contra un barco enemigo.

Esos jóvenes cubanos que enfrentaron al enemigo en las arenas de Playa Girón serán eternamente recordados por el pueblo de Cuba y por los hombres de bien del mundo, porque dieron lo mejor de sí hasta sus propias vidas.

La graduación de nosotros de la Escuela de Oficiales de Milicias fue el combate de Playa de Girón, el examen fue ese, la graduación fue esa, y el diploma fue ese, el examen fueron los tiros de Playa Girón”.

61 años el octogenario Ramón Companioni Fragela, a pesar de los años y aunque la salud ya no es la misma agradece haber estado allí, porque como siempre la juventud evidenció su disposición a estar presente en cualquier batalla, sin importar lo difícil que pueda ser.

“Y si en el algún momento a pesar de mi edad tengo que coger las armas para defender a mi país lo haré como en su momento en playa girón y el Escambray y como lo haré donde quiera que haga falta, y mientras tenga un ápice de vida, porque las ideas de Fidel Castro están siempre presentes en mí”, dijo.