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Foto: CadenagramonteFoto: CadenagramonteOct, 2022.- Ni Perucho Figueredo, ni los bayameses que lo acompañaron ese día 20 de octubre de 1868 en la Plaza de Bayamo a cantar lo que él llamó “La Bayamesa” con subtítulo de Himno Patriótico, imaginaron que marcaban uno de los días más importantes de la Historia de Cuba y de la cultura del país porque habían comenzado a construir una parte esencial de lo que muchos años después Fernando Ortiz calificaría como cubanidad y cubanía.

A 154 años de la primera entonación de nuestro Himno Nacional, el mismo continúa siendo cantado con profundo amor, porque como dijera Fidel Castro Ruz "para el pueblo cubano, por encima de cualquier otro valor, están los valores que inspiran la libertad, la dignidad, el amor a su patria, su identidad, su cultura y el más estricto sentido de la justicia que pueda concebir el ser humano".

Los cubanos hemos sido herederos de una rica cultura que nos hace auténticos porque los aborígenes, españoles, africanos, y otras nacionalidades que migraron a la Isla, han hecho posible que nuestra idiosincrasia se refleje hoy en un abanico de expresiones artísticas, comportamientos, tradiciones y prácticas culturales.

Los nacidos en esta isla hemos ido creando nuestra propia idiosincrasia y lo demostramos cuando recitamos de memoria las estrofas de los versos sencillos de José Martí, o escogemos de los clásicos de nuestro cancionero un bolero, un son, una guaracha, una rumba, un chachachá, un danzón o cualquier ritmo que nos haga mover el cuerpo y demostramos que sí que estamos identificados con ellos.

Solo los cubanos hasta la médula, gesticulamos para expresarnos, hablamos alto, nos reímos hasta de nuestras propias desgracias, que muchos consideran defectos, pero no, eso se llama cubanía, porque nos formamos en una sociedad donde, el ron, el tabaco, el sombrero, el congrí, el cerdo asado y el café, constituyen símbolos de cubanía, y asumimos la cultura como un recurso valioso de desarrollo humano.

Los auténticos hijos de Cuba, somos así, locos por el dominó, la pelota, la caldosa, los carnavales, nos aprendemos los refranes de memoria, porque aquí el que no tiene de congo tiene de carabalí, siempre consientes de dónde venimos y hacia dónde vamos, y seguros de que estar vivos es un pretexto suficiente para emprender cualquier tarea.

Nuestro Himno Nacional, ese que iniciara un 20 de octubre de 1868, sigue siendo la más auténtica manifestación artística de ese profundo e irreversible acto configurador de la conciencia cubana, expresión y símbolo más alto y genuino de nuestra cultura nacional, esa que mucho tiene que ver con nuestros modos de vida, manera de pensar y actuar y la demostración más legítima de lo que fueron, son y serán los cubanos.