Foto: AutoraSierra de Cubitas, 29 may.- A Lázaro Peña se le recuerda por su impresionante hoja de servicios a la Patria, es por ello que al triunfar la Revolución cubana en 1959 se reincorporó como simple soldado a las labores del movimiento sindical.
Comenzó ganando el sustento en una tabaquería y desde allí, posiblemente por el hábito de las narraciones leídas en los talleres, desarrolló un gusto por esa actividad, una afición personal a la lectura que le permitió alcanzar cultura notable por sus propios medios.
En 1961, al celebrarse el XI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba, devino electo secretario general, su trayectoria lo convirtió en un hombre cuyo ejemplo se multiplica sobre todo por la sabiduría que encierra como hombre sencillo y humilde que nació el 29 de mayo de 1911.
Sobre el legado del líder obrero presente en los tabacaleros cubiteños versa el siguiente reportaje.
