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Un brote de sarampión asola a Estados Unidos, donde dos personas infectadas perdieron la vida –en Texas y Nuevo México, respectivamente- mientras suman más de 200 los contagiados.

 

 

Ninguno de los dos fallecidos estaba vacunado.

Estados Unidos ha reportado un aumento significativo en los casos de sarampión, a tal punto que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), reportan que el número de casos ha superado las cifras de los últimos cinco años

.Entre los motivos para este resurgimiento se incluyen la desinformación y el miedo a las vacunas, asociados a la propagación de teorías conspirativas que estimulan la desconfianza hacia ese proceder, también perjudicado por los movimientos anti vacunas, que ha contribuido a la disminución de la inmunidad colectiva.

Asimismo, el aumento en los viajes internacionales facilita la transmisión del virus, especialmente desde regiones donde el sarampión sigue siendo endémico.

Las repercusiones de este resurgimiento no solo afectan a la población estadounidense, sino que también plantean serias amenazas para países cercanos como los de Centroamérica, es así que la Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) lanzaron al terminar febrero
una alerta epidemiológica a los estados miembros para reforzar la vacunación, la vigilancia epidemiológica y respuestas rápidas.

Al mismo tiempo, han recomendado implementar búsquedas activas comunitarias, institucionales y de laboratorio para la identificación temprana de casos, así como llevar a cabo actividades complementarias de vacunación para cerrar posibles brechas de inmunidad.

Un panorama al que atender

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, el sarampión es la quinta enfermedad que se ha eliminado de las Américas, después de la viruela (1971), la polio (1994), y la rubéola y el síndrome de la rubéola congénita (2015). En los cinco casos, esta región fue la primera en el mundo en lograr su eliminación.

La mayoría de los países miembros de la OPS/OMS introdujeron la vacuna triple vírica contra el sarampión, las paperas y la rubéola (SPR) entre 1980 y principios de la década del 2000.

Entre 2000 y 2023, la tasa de mortalidad a nivel mundial disminuyó en un 83%, gracias, en parte, a las actividades de vacunación contra el sarampión y expertos aseguran que las vacunas contra el sarampión ayudaron a evitar 60 millones de muertes entre el 2000 y 2023 a nivel mundial.

Pero aun cuando la región de las Américas fue reverificada como libre de sarampión en 2024, esta enfermedad continúa siendo una amenaza para esta geografía, donde, en lo que va de año, se constata un incremento significativo de casos.

Así está sucediendo debido a la continua circulación de viajeros procedentes de otras naciones y a la existencia de grupos de población no inmunizados, lo que los hace vulnerables. De los 268 casos confirmados en 2025, un 69% corresponden a personas mayores de 5 años.

Además, el año pasado, se notificaron 17.887 casos sospechosos de sarampión en la región, de los cuales 464 fueron confirmados, con una notable proporción de estos en adolescentes y adultos jóvenes. En particular, el 63% de los casos confirmados en 2024 no habían sido vacunados, lo que pone de manifiesto las brechas en la cobertura de inmunización.

Además, se recomienda que la cobertura de vacunación con dos dosis de la vacuna SRP (sarampión, rubeola y paperas) se mantenga por encima del 95%, alcanzando a todas las poblaciones, con especial énfasis en niños y adultos jóvenes, quienes constituyen una parte significativa de los casos.

El año pasado se notificaron más de 320.000 casos confirmados de sarampión; según datos de la OMS, las causas radican además de en la baja cobertura de vacunación y el aumento de la movilidad de personas en la región, a la similitud de los síntomas del sarampión con otras enfermedades como el dengue, lo que podría dificultar la correcta identificación de los casos.

La OPS recuerda que la eliminación del sarampión, la rubéola y el síndrome de rubéola congénita sigue siendo prioridad de salud pública para esta zona, donde esa organización regional de salud continúa monitoreando la situación y apoyando los esfuerzos de vacunación, vigilancia y respuesta rápida ante brotes para evitar la propagación y reintroducción de esa contagiosa enfermedad, que anualmente continúa quitando la vida a más de 100.000 personas en todo el mundo.

Con sobradas razones el médico especialista en enfermedades infecciosas, Dr. Amesh Adalja, de la Universidad Johns Hopkins insiste en que "La muerte debería servir como recordatorio de que hubo una razón por la que se desarrolló la vacuna y de que la vacuna es valiosa para las personas”.

Cuba protegida

El doctor Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública de Cuba, durante las actualizaciones epidemiológicas que semanalmente ofrece en el NTV, precisó el pasado miércoles cinco a propósito de los brote en EE.UU., que en Cuba el sarampión se mantiene erradicado desde 1993, gracias al programa nacional de inmunización.

En este caso, detalló que se administra la vacuna conocida como triple viral, que protege contra el sarampión, la rubéola y la parotiditis, y se administra a los niños al año de edad y luego a los seis años.

"Aprovecho para insistir en que las madres estén atentas, además del médico de familia y la enfermera, para que se vacunen. Pero en Cuba es una enfermedad eliminada desde hace muchos años gracia al programa nacional de inmunización”, subrayó.

En esta Mayor de las Antillas el programa de vacunación ha sido reconocido internacionalmente por su efectividad y coberturas que superan el 95%. Las autoridades sanitarias cubanas realizan un seguimiento constante al tema, incluyendo la vigilancia activa de enfermedades como el sarampión. A la vez, se mantiene una educación constante sobre la importancia de la vacunación que, entre otros recursos, incluye sistemáticos mensajes de bien público por los medios de prensa. (Texto y foto: CubaSí)