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Foto: Cadenagramote.Foto: Cadenagramote.Montevideo, 27 oct.- La atención a los problemas sociales en Cuba ha sido una prioridad desde el triunfo de la Revolución en 1959, afirmó William Díaz, director de Organismos Económicos Internacionales del Ministerio del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera.

En su exposición en el panel Políticas sociales con enfoque de derechos a lo largo del ciclo de vida, de la II Reunión de la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social de América Latina y el Caribe, organizada por la CEPAL, Díaz repasó los pasos dados por el gobierno revolucionario en esa dirección.

Señaló que desde los inicios este asunto se vio como un proceso integral entre lo económico y lo social, lo cual permitió en pocos años que las medidas adoptadas propiciaran una transformación radical de la situación social existente en la mayor de las Antillas.

El funcionario caribeño explicó que el modelo cubano de políticas sociales tiene como premisa esencial “el acceso universal y gratuito” a los servicios sociales básicos y la satisfacción de todas las necesidades elementales de los seres humanos en todo su ciclo vital.

Al respecto, comentó que ese y otros principios básicos están refrendados en la Constitución aprobada en 1976 por la mayoría del pueblo cubano, como la obligación de las instituciones del Estado de educar, desde la más temprana edad, en la igualdad de derechos y oportunidades.

Mencionó el capítulo uno que garantiza que no haya niño que no tenga escuela, alimentación y vestido, y “no haya joven que no tenga oportunidad de estudiar”, así como el que establece la educación gratuita y es función del Estado.

Díaz manifestó que la prioridad conferida al desarrollo social y el carácter activo de la política social permitió que la nación cubana alcanzara en un corto período histórico, “la eliminación de las grandes diferencias sociales y territoriales”, además de erradicar otros fenómenos a escala social.

En ese sentido, aludió a la desnutrición, el raquitismo, el analfabetismo, el desamparo y la pobreza.

Asimismo, permitió también alcanzar altos índices de desarrollo social en cuestiones esenciales como la educación y la salud pública, comparable a la de los países desarrollados.

El funcionario cubano hizo mención a los altos índices de escolaridad en todos los niveles de enseñanza y a la tasa de mortalidad infantil de niños menores de un año que cerró el primer semestre del 2017 en 4,1 por cada mil nacidos vivos, y de 5,5 en menores de cinco años.

Expresó que el concepto de que nadie quede atrás “no es un compromiso nuevo en Cuba “y destacó que esta ha sido pionera en plantearse las necesidades de considerar a los niños y adolescentes “como sujetos transformadores y no como simples objetos de transformación”.

Sobre las actuales condiciones que vive el país, William explicó que el Estado recurrió a políticas dirigidas a compartir lo más equitativamente posible, entre todas las familias, los recursos y servicios disponibles.

También, expuso, se ha preservado la esencia del modelo social y ampliado los beneficios que le atañen.

Subrayó que la actualización del modelo económico y social mantiene el compromiso de proteger a toda la población, en especial a la infancia y adolescencia, ya afectados por el prolongado bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos hace casi 60 años. (Cadenagramonte)