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Casi siempre de los nombres prevalece su intención de designar las cosas, su incuestionable ocupación significante y menos les ocupa a los pobladores, por ejemplificar con algún destinatario, el origen o significado propio de estos. Por eso tal vez coincidimos en el errado tino de la providencia al elegir los grafemas que nos identifica: Sola , pues ese signo escrito ,de cuatro caracteres, que aparentemente nos configura, al darnos esa desolada semejanza de forma; emanante al menos de su interpretación más literal y general prevaleciente , por verse así, bien poco nos favorece.

 Recapitulando , los orígenes de los pueblos encierran cosas disímiles, en ocasiones hermosas o contradictorias, a veces determinadas por un poco de azar , así al menos ocurrió para Sola, un inicial caserío con futuro inflamable de los preludios del siglo XX en la lontananza de El Camagüey post principeño , que perdió su humor semiótico al quitársele La Chambelona,

Un pueblo que nos recibe junto a la puerta de entrada ofrendándonos el silencio destilado de sus fieles difuntos, afonía que sola crece debajo de la tierra , un lugar especial y único para algunos de nosotros ,un pueblo en poder de sus habitantes, donde el visitante se incorpora provisionalmente, pero donde también el paso del ferrocarril dejó de ser la línea en el horizonte por un adefesio, inocultable en el eufemismo oficial de “tarima central “ , y porque sí empantanando ,además, la visual transparente que los fundadores concibieron y dragaron en el cauce ancho de la calle principal ,la otrora Francisco Villalba Boulevard.

De aquella madera cortada en menguante y de aquel primer claro de monte que simbólicamente nos quedó, apenas permanecen en ristre un insigne algarrobo, al que le debo unas palabras de poda mías, además de las escritas por Palmero, y un álamo: (Árbol que ha dado sombra. Autor: Florentino Palmero)

 “Árbol que le ha dado sombra, a niños que hoy son ancianos, por tu follaje lozano y tu dimensión asombra.

Hoy el solero te nombra, con un cariño especial

y por ser tradicional, sitio de conversación, se gana la condición de patrimonio local.

Cuántos amores han surgido, debajo de este algarrobo, cuántos besos con arrobo con su tronco ha protegido, cuántos hechos ocurridos, sus ramas han presenciado, por eso se ha transformado, por su edad por su valor, en el testigo mayor de la gloria del poblado.

 “El algarrobo del parque “: pletórico, por estar más adentro de la médula urbana y en un favorecido entorno de espacialidad pública, que le deja todas las mañanas estirarse voladizamente por arriba de concurrencias que transitan en su andar gregario, o hacen buena vista a la sola contemplación del diseño de césped que borda sus raigales sostenes y donde estos, en forma de arado oriental, entran a la tierra.

 Un bello floral , ya urgido de intervenciones higiénicas ,fecunda su pecho con buganvilia y malanguetas ornamentales ,afrodisiaco letal en las diatribas que, como el narrador de cuentos, los clientes buscan agolpados en torno a ambos troncos, el arbóreo y el tronco cultural ,ocupando cada uno el mejor sitio para escuchar los panegíricos absolutos del “limpiabotas” Johnson, verborrea -la suya- a veces falible y con filo , pero casi siempre curtida, sabia y sobre todo digerible porque encierra verdades de auténtica y exquisita ocurrencia popular.

Otros lugareños, entregados al ocio y descanso de sus bancos, sombrean la noble cáscara de materia humana año tras año bajo su ronda parte sol.

 Por su parte “ El álamo “ , ahora chato su espendrum con las ciclónicas podas de Lepanto, servidas – from time to time – por la Organización Básica Eléctrica , pero siempre en pose de patriarca ancestral , notable en el exterior tejido venario del talle , en sus cavidades y sobacos reservando sitio a la nganga , tupidos del misterio de monte adentro con bejucos colgados a sus ramas que bracean en el mismo lugar , como “ Gulliver en Liliput “ .

 Porque a través de la historia que conocemos Sola no ha tenido su momento , su oportunidad solo para ella, porque sus oportunidades anteriores han sido centradas en otras cosas dejando un beneficio colateral , pues reconozcamos de modo incipiente que Sola es femenino, quizás por eso es frágil, y salgamos por abstracción en este párrafo del hermafrodita dogma: poblado de Sola , apelando a la recurrente forma de William Stokes: poblado de La Sola , alusión suya que interpretaba como despectiva (debió serlo de igual forma) o la manera de hablar de un “extranjero” en un idioma que no era el suyo , pero que pudo también tener la intención de indicar el género de la palabra . Poniendo la matriz del asunto por primera vez en contexto.

 A estas alturas me permito emplear la única amabilidad que le concedió el mejor decir de Enrique Cirules al describirla en su libro Conversación con el último norteamericano: “… pequeña ciudad atravesada por la línea del ferrocarril” , que como minoritariamente sabemos adquirió su tercero y definitivo nombre, no por su ubicación aislada en la gran franja norte camagüeyana, sino por el patronímico de uno de sus fundadores y propietario principal de las tierras donde se levantaría esta urbanización: el ingeniero civil Francisco José de Sola y Bobadilla, cuyo primer apellido “de Sola” y la corrupción del mismo en la transmisión oral de él, sirvió primero para nombrar la estación de trenes del lugar y luego, quizás por este antecedente de inevitable función identificadora, denominar a la totalidad del poblado, a pesar de constar entonces dicha identificación en ciertos documentos de discreta oficialidad, empleándose sobre todo en esta forma: ”De una parte: Manuel López de Quintana y Sartorio, natural de Pamplona, España, ciudadano cubano, mayor de edad, casado, propietario y vecino de Sola con domicilio en Calle Kelly esquina a Francisco Villalba boulevard”. (Legajo Sierra de Cubitas. Fondo Museo Provincial Camagüey)

En la frase hecha: “vecino de Sola”, típica armadura sintáctica de la documentación legal y similar en significación a “… la estación de ferrocarril de la costa norte de Cuba que lleva el nombre de Sola”, (Índice Histórico de la Provincia de Camagüey (1899-1952). Academia de Ciencias de Cuba. Pág. 85) se introduce y se refuerza la identidad como mera ubicación geográfica.

 El señor “de Sola” , les decía antes, adquirió las tierras con el propósito de construir un central azucarero, y es aquí donde aparece la curiosidad anunciada, el nombre que tendría: Central Sixto, en memoria a su hermano en orden menor, José Sixto de Sola, fallecido en La Habana, con tan sólo 27 años, el 6 de febrero de 1916, hace precisamente ya un siglo.“Al saberse la noticia del fallecimiento,… las sociedades cubanas a que el pertenecía cerraron sus puertas, los periódicos pregonaron sus virtudes, el telégrafo transmitió a provincia la dolorosa nueva, y de provincias y de todas partes llegaron a la familia y a los compañeros de él mensajes de condolencia en que desde el Presidente de la República hasta el más humilde de los firmantes probaban aprecio verdadero. (Carlos de Velasco: “José Sixto de Sola” en Cuba Contemporánea. T X, Numero 3 La Habana, marzo de 1916. Pág 225)

 José Sixto tenía, además de los vínculos de consanguinidad referidos, otros méritos, entre estos: la cofundación de la revista Cuba Contemporánea, uno de los más importantes esfuerzos editoriales a favor de la cultura por la primera generación republicana. Hacía falta, ciertamente, un mensuario que dispusiera de espacio suficiente para dar cabida a estudios monográficos y ensayos de alguna extensión y que fuera también expresión intelectual de la Cuba republicana.

 Por su corta vida la revista fue su única tribuna y casi todos sus trabajos orbitaron hacia asuntos cubanos con apego al enfoque nacionalista: “Los deportes atléticos contribuyen a que los que algo pueden dar a su patria en lo intelectual y en lo moral, lo puedan hacer mejor y por más tiempo”. (José Sixto de Sola : “ El deporte como factor patriótico y sociológico (Las grandes figuras deportivas de Cuba)” en Cuba Contemporánea T V, Número 2. La Habana, junio de 1914. Pág. 123-124)

Igualmente por sus páginas pasaron los escritores Max Enríquez Ureña, Alfonso Hernández Catá, José Antonio Ramos, Emilio Roig de Leuchseing, José María Chacón y Calvo, Carlos Loveira y otros, lo que nos reafirma el prestigio de dicha publicación.

 Su otro crédito destacable fue haber introducido el baloncesto en Cuba, más tarde promocionarlo y posteriormente crear en 1915 La Liga Nacional de la que fuera su Secretario. Así mismo fue también Presidente de La Liga de Base-ball Amateur de Cuba. Al momento de su muerte José Sixto era socio del Vedado Tennis Club, figuró en la Junta Directiva de El Ateneo de la Habana , y fungía , luego de haber sido reelegido a dicho cargo, como Presidente de El Club Atlético de Cuba. Por si fuera poco, ejercía además como abogado en el bufete fundado por su padre quien, igualmente vinculado al deporte, había sido en el siglo XIX Presidente de la primera Liga de Beisbol Cubana. Al referirse a este tema en su célebre texto: “El deporte como factor patriótico y sociológico (Las grandes figuras deportivas de Cuba)”el hijo escribía de su tutor “No puedo menos que mirar con profundo cariño a aquellos hombres que pusieron los cimientos sobre los que se ha levantado el edificio del deporte cubano…”

 En el mismo ensayo ya referido, artículo que enumera los resonantes triunfos que en Cuba y en el extranjero habían obtenido muchos cubanos, se hace una sucinta y modesta referencia a Francisco F. de Sola: ”Me parece que sería signo patente de debilidad mental, que quien escribe estas líneas se privase por ser su hermano, de consignar aquí los hechos de Leopoldo F de Sola en el campo deportivo. Leopoldo ha sido el gimnasta más completo que ha producido Cuba, oficialmente el primer gimnasta ‘amateur’ de los Estados Unidos de Norteamérica en el año 1903.”

 Ciertamente, Leopoldo, fue el primer cubano en convertirse en capitán del equipo de gimnasia de la Universidad de Yale, donde cursaba estudios, obteniendo el título de Campeón Gimnasta Amateur de las Universidades de la Unión Americana en el Campeonato Mundial de Amateur de los Estados Unidos. Compitiendo por entonces en las pruebas de anillos, barras paralelas y en la soga.

 En el Salón de trofeos de la Universidad de Yale, dedicado a quienes han honrado a la institución con sus triunfos, está el retrato de Leopoldo F. de Sola, quien al honrar a su Universidad, también honraba a Cuba.

 En lo que más nos concierne -el poblado de Sola- la presencia de José Sixto quedó en una sencilla señalización de vía de La Línea Norte y en nuestro terreno de pelota, donde varias generaciones han concurrido y concurren todavía para su disfrute.

 La indicación ferroviaria referida anteriormente, ubicada al comienzo de un desviadero de paso, daría acceso al patio del aludido Central Sixto, recuerdo de niño que la voz popular la nombraba “el uay” ,solo de adulto comprendí por qué: Sixto coexistía con la señalización “way”, vía en inglés. Desmantelado ese ramal ferroviario posteriormente conformaría el trazado actual de la calle línea del poblado de Sola.

 La fábrica de azúcar era – según algunos testimonios contradictorios y sin comprobación riguroso todavía - “una pequeña industria ubicada en la antigua provincia de oriente, la que trasladarían por partes hasta este sitio“ o el proyecto de un central para el que ya “…habían llegado las piezas del norte…” (Entrevistas a Francisco Bello y Manuel Meléndrez. Sola , mayo de 1991)

Los preparativos se iniciaron, gran parte de la maquinaria y el personal arribó al poblado, pero en 1921 el país fue sacudido por una violenta crisis económica que afectó a la principal industria de la nación. La compañía interesada en la construcción del central experimentó también sus consecuencias y el proyecto fue abandonado al año siguiente.

 La ilusión perdida en muchas personas, al saberse la decisión de los propietarios de no continuar el proyecto del central iniciado oficialmente tres años antes, - fin esperanzador por el que habían venido -, se recobró posiblemente de algún modo al conocerse que se mantendrían las colonias de caña creadas para abastecer el “desafortunado plan” y se fundarían otras in situ. Esa otra forma de existencia – las colonias de caña- adquirió legalmente la identificación de Compañía Central Sixto manteniéndose así todavía en 1936.

 Casi al termino quiero referirme a un hecho real, pero de naturaleza probablemente mística, cuando menos curioso y ya en cierto modo anunciado.

 El área de nuestro terreno de pelota actual – la manzana DOCE- fue donada por su propietario Francisco José de Sola en testamento post morten, según su voluntad en vida, para ser dedicada a Parque Público, sin que pudiera pasar a persona o entidad particular alguna. Escritura de donación, que sería a título gratuito.

Cabe lógicamente preguntarnos como solanos, qué circunstancias históricas y azares habrán determinado que precisamente el uso definitivo de aquel parque público se consagrara al deporte, un ámbito en el que esta familia – de Sola- , ligada también a nuestra fundación, tuvo un importante desempeño en el país, providencial destino que aunó a estos tres hermanos con nosotros hasta hoy, a través de nuestra instalación deportiva insigne: inconsciente símbolo de gratitud de mi pueblo, de tu pueblo.

118.Jose Juan Sixto de Sola y Bobadilla118.Jose Juan Sixto de Sola y Bobadilla120.Estadio de Beisbol de Sola120.Estadio de Beisbol de Sola