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Sierra de Cubitas, 10 abr.- Los círculos infantiles son instituciones educativas que durante décadas han favorecido la integración plena de las mujeres en la sociedad y la formación de los niños desde las edades más tempranas. Fueron creados el 10 de abril de 1961 por iniciativa de Vilma Espín y Fidel Castro Ruz.

En Sierra de Cubitas existen dos centros de este tipo: Flor del Naranjo y Sonrisas del Futuro, ambos desde su fundación garantizan una educación de excelencia.

Mama ejemplo de que el amor todo lo puede

Ramona Luis Martínez conocida por todos como mama comenzó a trabajar en el “Flor del Naranjo” como auxiliar de limpieza hace varios años atrás, pero por la falta de docentes que había en el centro, en aquel entonces, la antigua directora le pidió asumir la tarea de cuidar y educar a los pequeños, tarea que ocupó por 38 años.

Periodista: ¿Cómo usted resumiría su quehacer en el círculo?

RLM: Si fuera a resumir mi quehacer allí lo haría con la palabra amor porque recibí mucho cariño de los niños y padres, además la satisfacción de que muchos se hicieron médicos, periodistas, maestros y aún vienen a verme.

P: Para usted qué cualidades debe tener una buena educadora.

R: Lo primero es que debe sentir es pasión por los niños y la profesión porque entonces todo sale mucho mejor, desde preparar una clase hasta como entender el comportamiento de los pequeños, educarlos y guiarlos.

Hace siete años que Ramona cuida a niños en su hogar. Su casa se convirtió en una guardería, para los hijos de otras madres trabajadoras porque realiza todas las actividades de estos centros con la misma pasión de siempre.

Su segundo hogar

Ana Gloria Ramírez Estrada comenzó en el“Sonrisas del Futuro” en 1981 como docente y en la actualidad desempeña la labor de educadora de computación dentro del centro.

Periodista: ¿Qué ha significado para usted formar parte de esta institución?

AGRE:Trabajar aquí es lo mejor que me ha pasado en el plano laboral y personal. Me siento satisfecha de star aquí frente a un aula, saber que necesitan de mis conocimientos para apoyar a las nuevas generaciones de educadoras, y lo más importante conocer a tantos niños, quienes son capaces de convertir los días grises en la mejor jornada de nuestras vidas.

P: ¿Qué siente por seguir trabajando aquí luego de tantos años?

A: Me siento muy bien y útil porque la dirección de aquí siempre me tiene en cuenta para todas las tareas, además las educadoras más jóvenes me buscan para pedirme consejos. Yo me siento aquí como en mi segunda casa.

Estas son dos historias como otras tantas que podemos encontrarnos en la Cuba de hoy y todas están unidas por el amor porque realizan una de las misiones más importantes que es formar generaciones de personas de bien, capaces de continuar la obra de la Revolución. (Fotos: Autora)