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f0079381f0079381BAYAMO, Granma.- Todos acá hablan de productividad, entrega y atención al hombre. Cada trabajador sabe lo que le toca y se esfuerza por hacerlo bien. Este pudiera ser uno de los mejores argumentos para refrendar que, en la unidad empresarial de base (UEB) Fábrica Mecánica Bayamo, más conocida como EMBA, perteneciente a la Organización Superior de Dirección Empresarial (OSDE) de la Industria Sidero-Mecánica, las cosas marchan viento en popa.

La planta, creada el 12 de junio de 1989, es la única de su tipo en el país destinada a la fabricación de máquinas de riego de pivote central y las casas de cultivo, productos que se destinan al Ministerio de la Agricultura y a la OSDE Azcuba, para impulsar la producción de alimentos en la Isla.

En el año que recién termina, la EMBA tuvo el encargo de producir 60 máquinas de riego para los citados clientes, a quienes les ofrece, además, el servicio de montaje y puesta en marcha.

El ingeniero mecánico Julio Tamayo Rodríguez, director de la entidad, dijo que las máquinas, conocidas como de pivote central eléctrico —debido a la cualidad de cubrir extensas áreas al rotar sobre un punto—, sustituyen importaciones y ahorran a la nación unos 12 000 dólares por cada unidad concluida.

La fábrica también posibilita reducir importaciones con la elaboración de postes de acero destinados al alumbrado público y estructuras metálicas de casas de cultivo.

GANANDO TERRENO EN OTROS HORIZONTES

Probada ha sido la efectividad de estas producciones exclusivas de la EMBA. Estos surtidos fueron introducidos en el mercado internacional, sobre todo en Venezuela, donde la fábrica se afianzó y ganó en posicionamiento.

Uno de los que puede dar fe de los excelentes resultados obtenidos allí es el ingeniero Pablo Vázquez, fundador de la EMBA y uno de los responsables del montaje y puesta en marcha de las casas de cultivo en esa hermana nación, en el 2007.

Según comentó Vázquez, quien labora como especialista en Gestión Comercial, en ese entonces se les encargó la misión de montar más de 27 módulos de casas de cultivo para apoyar un programa implementado por el gobierno bolivariano, con el objetivo de distribuir semillas de calidad a productores independientes, para impulsar la producción de alimentos en el país.

Los trabajos se hicieron en las fechas pactadas y sin descuidar la calidad en las ejecuciones, lo cual tributó a la credibilidad de la EMBA, resaltó.

Ahora la entidad explora otros mercados, fundamentalmente del área del Caribe y Sudamérica como Jamaica, Dominicana, Bolivia y Paraguay, precisó su director, quien llegó hace más de 25 años a la fábrica y lleva una década al frente de este colectivo.

Existe interés en las máquinas de riego, las casas de cultivo, aunque también se comienzan a dar pasos en la introducción de los molinos de viento, informó.

ABRAZO DE EXPERIENCIA Y JUVENTUD

Mucho han tenido que ver en el paso estable de la EMBA el empuje y la entrega de un colectivo que alcanza como promedio los 15 años de experiencia.

Actualmente la fábrica tiene 235 trabajadores, entre ingenieros, mecánicos, innovadores..., cuyo ingenio recupera mecanismos con décadas de explotación y mantiene elevada la disponibilidad técnica.

Una de las que llegó para quedarse es Delvis Ortiz, quien lleva 22 años de trabajo en la EMBA, ha rotado por diversas funciones y actualmente labora en el control de medios del área de soldadura.

Ella es muestra de cómo las cubanas pueden asumir duras tareas como la de manejar una grúa, sin renunciar a la delicadeza y ternura características de las féminas.

Otro de los que ha echado su suerte en esta fábrica es Juan Anaya Olivera, jefe de la brigada uno del Taller de Galvanización, compuesta por otros ocho compañeros que realizan una de las tareas más riesgosas de la entidad.

Al galvanizar son decisivos los medios de protección porque el proceso se realiza a altas temperaturas que superan los 456 grados centígrados, y hay que asegurar botas, cascos, mangas, caretas, petos, las polainas y otros implementos para prevenir quemaduras, comentó.

En la fábrica cada pieza transita por el proceso de tratamiento químico para evitar la oxidación y corrosión que la humedad y la contaminación ambiental ocasionan a los metales, y así extender la vida útil de los surtidos, expuso Luis Enríquez Gómez Milán, quien tiene 25 años, es ingeniero mecánico, especialista en el taller de galvanización, y uno de los cinco jóvenes que actualmente realizan el adiestramiento laboral en la EMBA.

Todos ellos se manifiestan satisfechos por la atención al hombre que hay en este centro, lo cual se traduce no solo en la estabilidad de la fuerza laboral, sino en el cumplimiento de los planes productivos. Claro, esto no significa que la fábrica está exenta de problemas objetivos que preocupan a los trabajadores. Desde hace algún tiempo, el envejecimiento del transporte para el traslado del personal es una de las cuestiones que más inquietudes genera en el colectivo.

Los carros casi siempre están rotos y la fábrica queda alejada de la ciudad, lo cual hace muy difícil el traslado hacia esta, por tanto la proyección para adquirir transporte nuevo debe ser una prioridad, considera Delvis Ortiz.

Pero a pesar de esas pequeñas insatisfacciones que surgen en el camino, este colectivo es de los que tira para adelante y se afana por hacer las cosas lo mejor posible.

Muestra de ello es el hecho de que los trabajadores se han convertido en celosos guardianes de las producciones; tanto es así que todos acá están comprometidos con la guardia obrera, un esfuerzo grupal que ha contribuido a mantener la entidad libre de delito en los últimos dos años, resaltó Juan Manuel Aliaga, secretario del buró sindical.

POR LA SENDA DE LA EFICIENCIA

Armados de rigor y sentido de pertenencia, los trabajadores de la EMBA lograron cumplir, en el 2016, todos los indicadores de eficiencia económica. En ello influyeron no solo las producciones exclusivas antes mencionadas, sino también otras alternativas que hace la empresa con las recorterías, como las bases para luminarias públicas, los moldes para hielos, entre otros.

Además de responder a la palabra empeñada con el encargo estatal, sobrecumplieron la ventas netas al 132 %, la productividad y el valor agregado en 123 %, y alcanzaron utilidades de tres millones de pesos. Estos resultados redundaron en la elevación del salario medio, pues de 596 pesos planificados se obtuvo un real de 770 pesos por trabajador, precisó Julio Tamayo.

El colectivo de la EMBA también se enorgullece del rejuvenecimiento de la fábrica. Como resultado del presupuesto que la Isla destina a las empresas para el mantenimiento, el centro exhibe un mayor confort. Una de las mayores intervenciones se realizó en el Taller de Galvanización, aunque se intervinieron otras áreas que, sumadas a las trabajadas en años anteriores, van dando una cara renovada a la fábrica.

Sin dudas los resultados del 2016 devienen buenos presagios de cara a nuevas etapas. Pero este colectivo no se conforma y, con la entrega que lo caracteriza, se empeña a diario para cumplir los compromisos contraídos para el presente.(Texto y foto: granma)