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Foto: Cadenagramonte.Foto: Cadenagramonte.Guatemala, 11 jun.- Cuba reiteró la plena disposición de la Brigada Médica (BMC) que vive y trabaja en este país hace 20 años, de asumir la atención de la población en los lugares más necesitados ante la emergencia del volcán de Fuego.

En declaraciones a Prensa Latina, el embajador de la Isla en esta nación centroamericana, Carlos de Céspedes Piedra, puntualizó que los 400 colaboradores de la Salud desplegados en las zonas más recónditas de la geografía guatemalteca están listos para atender el llamado de las autoridades de Salud cuando se decida.

Inmediatamente después de conocerse la magnitud del desastre, el diplomático cubano trasladó oficialmente al Gobierno de Jimmy Morales las condolencias por la muerte de cientos de personas y ofreció su recurso más preciado, el ejército de batas blancas que desde el impacto del huracán Mitch, en noviembre de 1998, llegó a estas tierras para quedarse.

La pasada semana, en una entrevista con el ministro guatemalteco de Salud, Céspedes y el coordinador nacional de la BMC, Yuri Batista, pusieron en manos de las autoridades un listado completo de los recursos humanos por especialidades.

Batista precisó que en total son 431 trabajadores de la Salud desplegados en 16 de los 22 departamentos del país.

De ellos, hay 245 médicos y 136 enfermeras. En particular, 39 cooperantes integran la Brigada Henry Reeve, especializada en situaciones de desastres y constituida el 19 de septiembre de 2005 por iniciativa del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro.

Una mayoría de los colaboradores cumple actualmente en la tierra del Quetzal su segunda o tercera misión médica, por lo que constituyen una fuerza altamente calificada y están presentes hoy en comunidades donde antes no existía cobertura sanitaria.

Nada más divulgarse el elevado número de damnificados del fatal domingo 3 de junio, los 26 cooperantes cubanos destinados en Escuintla, uno de los departamentos más golpeados, acudieron de inmediato voluntariamente a ofrecer sus servicios en los albergues habilitados en la zona de alto impacto por el coloso de Fuego.

Sin dejar de cumplir con la jornada de trabajo diario en el hospital y el área de Salud, permanecen en turnos de 12 horas en la Escuela Oficial Urbana Mixta Tipo Federación, José Martí, fundamentalmente durante la noche y madrugada, cuando el voluntariado se retira y las personas evacuadas demandan mayor atención médica.

En un recorrido de Prensa Latina, la víspera, por varios centros de evacuación de Escuintla, apreciamos el reconocimiento local a su desinteresada labor, muy ajena a las algarabías mediáticas del momento.

Relmar Quintana Martínez, coordinador del grupo, aseguró que el hacinamiento, la poca ventilación y disponibilidad de servicios sanitarios, generan la aparición temprana de infecciones respiratorias y digestivas, cuyas primeras manifestaciones comienzan a observarse.

“Estamos pesquisando a todos —explicó— con el fin de tenerlos controlados y frente a cualquier emergencia actuar rápidamente. Como ven, predomina una población en edades extremas de la vida, niños y ancianos, siempre los más vulnerables a infecciones respiratorias y gastrointestinales, asegura.

“A pesar de ser fin de semana, días de descanso, nuestros médicos están en varios centros del departamento en jornadas de pesquisa activa para saber cuántas familias hay, qué enfermedades tienen, e implementar acciones preventivas”, puntualiza.

Fiama Roxana Dardoy, trabajadora social guatemalteca, contó a Prensa Latina que la ayuda de los cubanos ha sido vital en estos días en que debieron acoger de golpe a más de 200 familias de El Rodeo, La Reyna, La Trinidad y Sabana Grande.

“Les agradecemos mucho, han estado todo el día y la madrugada viendo a niños, mujeres, ancianos y siempre con una atención muy humana, caritativa y paciente”, resaltó.

La presencia del ejército de batas blancas de la mayor de las Antillas se hace sentir también en el vecino gimnasio Casa Sola, donde permanece en condiciones extremas de hacinamiento un elevado número de personas, en su mayoría niños en edades tempranas y hasta varios recién nacidos.

Desde el primer momento, la BMC ha contado con el acompañamiento permanente del embajador cubano, quien se mantiene muy al tanto de las necesidades de los colaboradores y en puesto de mando desde Escuintla. (Cadenagramonte)