Foto: Cadenagramonte.Managua, 5 jun.- El Gobierno de Nicaragua reiteró hoy su llamado al diálogo y la paz, a fin de evitar más dolor y destrucción en el país, azotado por una espiral de violencia desde el pasado 18 de abril.
Queremos ratificar que nuestro mayor deseo, aspiración y compromiso, como madres, abuelos, hijos de esta Nicaragua, es que avancemos en la recuperación de nuestra seguridad, paz y tranquilidad, expresó la vicepresidenta de la República, Rosario Murillo, en su habitual espacio informativo.
Murillo sostuvo que la paz, el respeto a la vida, a trabajar, estudiar y a la salud son derechos humanos esenciales.
“Clamamos por la paz, clamamos por la familia, preservar los valores de familia, preservar la unidad de la familia, que no sigamos sufriendo pérdidas, dolores, duelo, en las familias”, subrayó.
La Vicemandataria refirió que ninguna madre, abuelo, hermano o hijo debe sufrir la pérdida de un ser querido a manos de la violencia.
Todos los que rechazamos el odio queremos la paz, el diálogo, escucharnos y discutir todos los temas, porque para todo hay solución, sólo para la muerte no la hay, puntualizó.
Es ese sentido, Murillo llamó a evitar más sufrimiento y dolor entre los nicaragüenses.
“No a la muerte, no a la destrucción, no a la violencia. Respetémonos. Unámonos en oración ante el Señor y pidamos que el corazón se nos llene de amor, de responsabilidad, y que, uniendo manos y almas, en compromiso absoluto de vernos como prójimo, como familia, en amor, vayamos adelante”, enfatizó.
El Gobierno denunció recientemente que la actual situación de violencia delincuencial en el país es generada por grupos políticos de oposición con agendas específicas, lo cual constituye una conspiración violatoria de la Constitución.
Asimismo, advirtió que esos intereses pretenden seguir destruyendo la seguridad y la vida de las familias nicaragüenses.
En tanto, el diálogo nacional entre el Gobierno y sectores sociales opositores se encuentra en suspenso de forma indefinida, mientras la inseguridad e inestabilidad persiste, pese al clamor de paz de gran parte de la población.
La Conferencia Episcopal, mediadora y testigo del proceso, decidió de manera unilateral congelar las conversaciones, debido a recientes actos de violencia, de los cuáles responsabiliza a partidarios del Gobierno, a pesar de que el Ejecutivo rechazó esas acusaciones. (Cadenagramonte)