Foto: AutoraDiciembre, 2022.- “Formar valores no es tarea fácil. Muchos no saben cómo hacerlo, ni sabrán porque lo que no se siente no se demuestra, lo primero que no debe faltar para ser maestro es amor por los niños, sentir la necesidad de educar para preparar a las nuevas generaciones”.
Así respondió Cecilia Modia Almeida, maestra reincorporada en la escuela rural Mariana Grajales, de la localidad de Imías en Sierra de Cubitas, al preguntarle sobre la ética profesional de un pedagogo.
Ella, quizás no pensó que a sus 75 años de edad iba a continuar frente a las aulas como un evangelio vivo, iluminando con la luz del conocimiento a los pequeños del grado preescolar, una labor que asume desde su jubilación hace ya 14 cursos.
Conversar con Cecilia siempre es motivo de admiración y respeto porque una mujer que lleva a Fidel Castro Ruz en cada acción que realiza es de esas agradecidas que a pesar de su corta edad, en 1960, cuando los primeros períodos de Revolución e inicio de la campaña de Alfabetización, supo dejar los temores y las presiones de sus padres para enseñar en las montañas.
“Luego de cumplir con esa tarea que marcó mi carrera en el magisterio, comencé la batalla por alcanzar el 6to grado, después continué superándome hasta llegar a ser quien soy.
Llega alguien e interrumpe por un momento la entrevista, todos quieren hacerse una foto con ella o simplemente saludarla, es toda una cátedra cuando de educar se trata, pero enseguida vuelvo a preguntarle que porque decidió reincorporarse, mientras otros tantos deciden irse.
Ya son 54 años ejerciendo está hermosa profesión y lo que nunca me ha faltado es esa necesidad de educar siempre, preparar a las nuevas generaciones, pero lo primero es sentir amor por los niños, si uno no se lo cree, no es posible y debo decirte también que el pensamiento de Fidel ha estado presente en cada etapa de mi vida”.
Cecilia, quién también fue mi profesora durante mi paso por la enseñanza primaria enorgullece, inspira y emociona porque es la maestra que todos quisieran tener alguna vez en sus vidas.
